Poemas de Reynaldo García Blanco
REINALDO GARCÍA BLANCO (Sancti Spíritus, 1962) Obra poética: Textos para elogiar a la novia y al país (1991); Larguísimo elogio (1990); Advertencias (in) fieles para escuchar el pájaro de fuego de Stravinski (1992); Abaixar las velas (1994); Perros blancos de la aurora (1994); Reverso de foto & dossier (2000); País de hojaldre (2004); Instrucciones para matar un colibrí (2002).
LARGUISIMO ELOGIO
Un país es como una novia Uno ama sus precipicios Y todos los días conoce un poco más de sus aguas
Una novia es como un país Te siembras Y no pones en peligro su perfume
Y es aquí donde radica el misterio La casa es larga y viene a la deriva. de un machetazo han muerto al bandido que asustaba a bichos y perros que perdían el sentido de ladrar. Yo estoy desde siempre e esa foto. Veo flotar la bandera, al parecer le han comido dos puntas, pero es el viento que mezcla las cosas malas con las buenas
A la novia le han hecho uno tajos Ni el zumo de la verdolaga cura estas diatribas de la guerra
Tengo al país a un soplo de la mano Y hablo con los héroes Martí dice la palabra Exilio y se queda mirando las tablas de mi casa, que ya dije, era larga y viene a la deriva. Yo sigo en esa foto, me rodean unas frutas, algo milagroso v a caer del techo. Mi padre enseña unas revistas Este es Máximo Gómez, éste es el Che y los caballos pasan sin otro ademán que poner los puntos sobre las íes o en mapa que cuelga en mi cuarto
Cuando la novia no está anochece del país para adentro. Ella no sabe las comidas que hicieron posible al calígrafo que en 1940 mandó postales por encima del mar
País Novia, largo y acomodado, te amaso con los dedos y escucho el sonido de los jinetes que ya han puesto los puntos sobre las íes y el mapa no resiste tanta quietud
Novia / estás condenada a esos ríos que al llegar a la ciudad son turbios pero inseparables. te elogio como a este país que me gano todos los días y ya sabrás las circunstancias en que uno detesta la sal y el almanaque
Sigues con esos tajos y el mejunje que puede salvar no está en los que al otro lado se retratan orondos y no han paseado por un camino de vaca escapada de los corrales y las mieles
Novia hasta los huesos País mío por siempre quisiera para ustedes un largísimo elogio que diga de la carne el silencio y el metal, abuelos y dictaduras
Los amo tanto que los confundo
País-Novia Novia- País
Este / mi largísimo elogio. FABULA DEL SOLO
Si esta ventana diera al mar a esos pájaros que una vez vi en la costa norte y caían extenuados del viaje
Si esta ventana fuera al menos las luces de la ciudad el tintineo de las torres que avisan alturas
Pero aquí no soy más que una mesa y un árbol velador del sueño de mi mujer que ahora aprende a leer las manos y no sabe que yo detesto los jueves diez y que en mi mano no va a encontrar el cáncer que me ronda las veces que pronuncio su ojo derecho los días que caminé ciudad afuera y fui asaltado por los miedos y me defendí con su perfume
Esta ventana son cuatro pliegos de madera comidos por el agua y el tiempo torpes hilos que un día serán fuego temblores del jamás y siempre acabar
Por esta ventana que entro y salgo llegaré a fantasma o diluvio llegaré a definitivo y complaciente
Por esta ventana he de perder o ganar el oro de bastos que mi labio y mi insistencia merecen ¿Qué seré yo sin entrar en esas lunas calladas paseante en la hora que todo es río que baja lento y golpea el cuello de los ahogados
¿Quién encontrará mi carné de identidad y reconoce el labio y cierto, un día bebimos café y él pasaba por mi casa y dicen, tenía una mujer bella y qué malo, el tiempo, el voraz
En las mañanas el sol cae diagonal yo lo he visto adentro la esposa prefiere dormir hacia la pared Para que los bichos no le coman los pezones Para que descifre mi antigua contradicción los cielos que acompañan los mendrugos que me van a negar el hospital blanco para decir como T.S. Eliot adiós tras os cristales
¿Quién a esta hora me escribe una carta o recuerda el pan y los potajes y la cerveza en la plenitud de la madera y los niños que me rodeaban para que yo les perdiera una moneda y sacara pájaros y arrecifes?
¿Pájaros? Pero esta ventana gira su aire y he aquí s verde, su tenuidad y es otro extremo de la isla
¿Cuál de ustedes heredará mis libros o se ría de la vez que lloré al leer: “Y sin embargo, los muertos no son, no pueden ser cadáveres de una vida que todavía no han vivido. Ellos murieron siempre de vida. Estáis muertos”. He aquí la harina que tiembla el niño que cruza a nado las mínimas aguas y un día se va de su casa se va al brebaje de la esposa a la trampa del cilantro a la deidad de no decir las veces de empuñar su espada y arremeter de lobo y colibrí leerse en voz alta: “quiero decir mi trémulo, patriótico peinado y no me siento al borde de la cama para que me surquen o pleiteen y yo le beso el cuello alto y quiero deletrear el reverso de las postales que envié el pasado diciembre
Las hierbas me van a merecer aunque yo no estrene una corbata o silbe más o menos feliz y me quede a mirar el cielo como un trasnochado
Yo he recobrado mi oscuridad nunca puedo calcular estos regresos de niño yo miraba al ojo del buey y tenía miedo del cuerpo cóncavo y aturdido del buey que me miraba
Labio y tentación no son más que una verdad y todas las naves no tienen coraza y bandera algo que resguarde del frío
Mañana o pasado me acodaré en la ventana y haré memoria del vino memoria de cuando yo era un solo y hacía la fábula y no besaba el cuello alto de la esposa y de lejos llegaba un rumor de árbol y sentencia.
REVERSO DE FOTO
Amigo está por acabarse el siglo y me gustaría que vieras esta foto antes que los copos de nieve y sangre borren de por siempre esas noticias
De izquierda a derecha con una mirada de ángel hay una mujer con bigotes es Frida Khalo y su mano reposa sobre el hombro de un tal Trotsky (que se lleva a los ojos una manzana) luego hay una columna dórica (ahora está sepia pero en el momento de la foto era roja). Le sigue un hombre con un cocuyo en la mano y un tabaco en la boca (hace círculos de luz para que veamos en esta oscuridad) y parece darle la espalda a una niña que se llama Greta Garbo (ella juega con un papalote y esa mano que sale de la nada en un ademán de arrebatarle su juguete es Salvador Dalí. Muy al fondo puedes leer un cartel que dice «Proletarios de todo el mundo Uníos» hacia el extremo derecho un hombre agrega con un pincel «Último aviso» la memoria me falla pero me jugaría la vida que es Pablo Picasso. Le siguen otras personas que a juzgar por las vestimentas son cuáqueros y rusos o chechenios sabe Dios. Sobre la mesa hay cebollitas búlgaras y unos vinos René Barbier Rosado. La muchacha y el viejito son María Kodama y Jorge Luis Borges. El que se está bajando de la cruz es Jesús. La del traje de enfermera de la Segunda Guerra Mundial es Isadora Duncan y ese de mirada tenue que tiene un disco de Los Beatles en la mano es Mao Se Tung.
Amigo mío está por acabarse el siglo y me gustaría que vieras esta foto antes que los copos de nieve y sangre borren de por siempre estas noticias aunque lo más importante es que recuerdes que esto fue hace tiempo cuando no éramos de dos bandos y había cebollitas búlgaras y unos vinos René Barbier Rosado y un hombre con un cocuyo en la mano y un tabaco en la boca.
INSTRUCCIONES PARA MATAR UN COLIBRÍ
Cuán triste. Estoy detenido al filo de la bandera con miedo de esos tres azules y los blancos repartidos en puntas y franjas
Otra cosa es el rojo -Almácigo tenaz donde los héroes y las luciérnagas vienen a tragar oscuridad
Estallan los caballos en la planicie me apresto a buscar el pajarillo y sacarle los ojos hacer enaguas de sus plumas poner en su pico un epitafio hacer del colibrí un bebedizo amargo y regarlo por el jardín al amanecer
Amotinado y célebre he oído contar unas mentiras que sobrepasan las hierbas y coronan los huesos de las mujeres que nunca me besaron y ahora pasan con unos trajes de dril y torbellinos menos o torbellinos más se quedan a mirar cómo el rumoroso vuelo extermino de una vez
Cuán triste. El viento inicia su litigio con la blanca pared donde se espera mi sombra –la sombra recortada y extranjera- y de un estornudo me apodero del cuchillo: ese simulacro de metal que han puesto en mis manos
Esto será el Apocalipsis será abrir siete puertas en siete casas: -Una para la estrella no tan solitaria junto a los anillos del platero Darío Romano -Otra para las franjas azules que resguardan un baúl lleno de los escritos de Martí -Una para esa blancura dividida en dos por el tiempo como aquel cuadro de la santísima trinidad de Manuel del Socorro -Otra para el triángulo donde se confunden las frutas pintadas por Rubalcaba -Una para el viento que lo enarbola todo y se cuida de no esparcir las cenizas de Heredia -Otra casa donde estoy conversando con Tristán de Jesús Medina: brillante y sombrío como un faisán de indias -y finalmente una casa el colibrí y las mujeres se disputan las peinetas de Plácido aquellas peinetas ideales para Fina García-Marruz o la condesa de Merlín
He aquí los siete sellos que traen la silueta de un pájaro degollado (nada tan solemne que esa avecilla cuando desoye las cornetas que amonestan al dragón que se quiere comer al colibrí, a los dos monstruos que quieren reducir el ojo a vidrios que luego uno se encuentra bajo los árboles La sangre del colibrí cae en siete copas una es para derramarla en la tierra (cinco leguas a la redonda) otra es para verterla en el mar y que nazcan azucenas para estar más cerca del colibrí
La tercera copla la voy a derramar en el Cauto o en el San Juan de Matanzas (ya tendremos, José María, nuestra catarata)
Ah, Sol, tú no quedarás sin esa sangre que ayude al arco iris
Sangre para el trono del monstruo y que su reino quede reducido al quejido de uno que se muerde la lengua y yo me voy a beber dos copas y me cuidaré de las ranas y el marabú me cuidaré sobre todas las cosas del Ángel de la Guarda
Las mujeres que nunca me besaron abren sus piernas y de ellas sale el pájaro que persigo como un pronombre y no me importa que tenga diez cabezas o siete cuernos y todo sea abismo idioma por aprender flauta que se olvida y retoma su sonido a media noche
Ahí viene (llega clamoroso como aquel ángel que bajó del cielo para anunciar la caída de babilonia)
He dispuesto una tira piedras / un tragasol / unos miraluces para adormecer los belfos de los caballos que le acompañan
Busca un escudo Colibrí atrinchera tu plumaje pon a buen recaudo ese sostenido aletear que ayer vi al fondo del jardín
Aquí estoy y veo pasar una carga al machete y por el flaco izquierdo va un caballo blanco y el que lo monta se llama Fiel y Verdadero
(se ve tan bello recostado al oro de la tarde)
Todo el aire municipal enerva y pliega su exactitud en pos de tu zumbido
Es la hora de comer carne de reyes y aquí tengo la lave del abismo falso colibrí arrodíllate y pide perdón
no te confundo con el almácigo ni la paloma y mucho menos con el perro jíbaro que en la nocturna ya no se cuida del riflero La desnortada acacia no es tu nombre cero esmeralda, nulo carmín ven y liba de esta mano convertida en flor casi vegetal voy a torcerte el cuello, macerarte la garganta con hojas de higo ven a la centinela patriarca del vuelo ven, pájaro bizambo y desorejado ya tengo listos los alfileres para sujetar tus colores y pegarlos en esta bandera donde estoy parado con miedo de que se pierdan sus remotos azules sus blancos repartidos en franjas y puntas (escoltados por un triángulo donde los héroes y las luciérnagas vienen a tragar oscuridad) y entonces no será posible la salvación de esta Isla ni de aquellos que quieren matar al colibrí ADIOS NAVES DE TARSIS
Mas la voz de mi amor y mis cantares Salvará la distancia de los mares Juan Clemente Zenea
¡Dios! ¿Qué cosa es esa arenisca a los bordes del disco explaya su música?
Isla. Te has quedado Isla sin los juncos flores que a laderita deciden mecer sus sales en la espuma
Rivera o pretil. No importa si es betún o asfalto unir las cañas. Cañas de la Isla
(Barca de Asiria apoyada sobre cueros de cabra inflados): utensilios de bronce (¡¡ay!, aquellos címbalos de la memoria) caballos y corceles de guerra (¿Te acuerdas de las cruzadas?) hierro labrado (Levantisco, el aire mueve las cortinas) mirra destilada (es la miel. Es la leche. Lego el labio)
¿Era el profeta Ezequiel quien decía… Viento solano te quebrantó…?
Remeros. Remeros que en estos bordes se van para no saber los salientes los entrantes, las socavaduras que hace el cielo cuando el agua desgaja
Barco Ebrio de Rimbaud o Baltasar de Malverde: Infinitas / Conmovedoras / Relucientes /: ¿Hay una casa para regresar ahogado y misterioso? ¿Qué pregunta hacer en torno a la fruta y la semilla que no sabe el sabor?
¿Sabor? Isla. Gentiles y pordioseros vamos destino al templo. Vamos en pos del agrio de la cebolla, en pos de la música, de aquellas hierbas que al Centro de la Isla te persiguen y te nombran y te hacen redundante Isla por el chapotear de los remeros
¡Dios! ¿Qué cosa es esa arenisca a los bordes del disco explaya su música?
Te invito a dibujar un barco una proa redonda como una preñez redonda como esas ballenas que te sostienen Isla
No dejes de trazar la popa, los remos y el timonel. Déjales un idioma para que puedan entender el lenguaje de las sirenas y el de los delfines. Que puedan entender el regreso definitivo, la pasmosa ausencia del que se va a conocer un silencio, una algarabía sin pautas
Dibújale un mástil con una vela cuadrada o triangular. Elige un color que sea del gusto de príncipes o diablos. Si sabes el signo zodiacal del remero, hazle un tatuaje en la frente por si un día regresa desmemoriado decirle: Tú res un Tauro saliendo de las aguas…
Dibuja un barco con una gran eslora y de ese modo le darás velocidad y soltura
¿Será triste conocer el mar de lejos? ¿Será triste no ser Isla en el medio de la enjundia y su saliva? ¿Será triste volver los ojos para que los peces atisben el otrota anzuelo? ¿Cuánto de intranquilidad? ¿Quiénes a resistir una tormenta de sal?
Por la bruma va pasando la nave alejandrina que lleva al apóstol Pablo prisionero y de las bodegas llega un olor a trigo
(Es la mostaza del siglo): Juncos hace años juntados para llevar o traer juncos que suenan al compás de los que lamentan el final de Babilonia y un niño quiere salvar la distancia de los mares y se pone a tararear una canción mientras que la Isla le dice adiós a unos barcos de papel le dice adiós a las naves de Tarsis.
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